Cada persona respira su propio aire, que está compuesto de muchas sustancias diferentes. La calidad del aire depende fundamentalmente de las condiciones ambientales.
Cambia cuando la ventana está abierta o cerrada. Cambia cuando hay una persona en la habitación, varias o ninguna. Influyen los muebles, las alfombras o las plantas del despacho, el salón o el dormitorio.
Depende, por tanto, de la compleja interacción de muchos factores, y esto es precisamente lo que analiza y visualiza el air-Q. Hay, por tanto, muchas buenas razones para saber lo que hay en el aire. Al fin y al cabo, muchas de las sustancias presentes en el aire tienen una influencia invisible y a menudo desconocida sobre nuestrasalud y nuestro rendimiento.
El equipo que está detrás del dispositivo de medición de la calidad del aire air-Q se ha propuesto la tarea de medir y visualizar los componentes individuales del aire.
La salud y la forma física desempeñan un papel importante en mi vida. Por un interés personal y debido a la falta de soluciones disponibles, en 2015 desarrollé una idea sobre cómo determinar los parámetros del aire de forma sencilla y precisa. A la hora de construir la primera versión del air-Q, me ayudaron mucho mis más de 10 años de experiencia en investigación básica y desarrollo de nuevas tecnologías de sensores en la Universidad Tecnológica de Chemnitz. Sin embargo, el air-Q actual apenas se parece al de entonces. Hoy, el aparato es mucho más pequeño y puede hacer mucho más.
El aire es nuestro alimento más importante: lo consumimos las 24 horas del día, durante toda nuestra vida. Cada persona tiene unas condiciones muy individuales en las que vive y respira. Por eso queremos dar a todos la oportunidad de determinar por sí mismos los ingredientes y la calidad del aire. También es muy divertido hacer un seguimiento de los datos e investigar las causas. Con el air-Q, todo el mundo tiene su propio pequeño laboratorio, que pronto estará disponible.