El hidrógeno sólo se presenta de forma estable como hidrógeno molecular (H₂) y es un gas incoloro e inodoro. Reacciona rápidamente con el oxígeno (O₂) para formar agua, liberando energía. El H₂ no es tóxico, pero tiene propiedades inflamables y explosivas.
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La mayor parte del hidrógeno que existe en la Tierra está ligado al agua. Esto significa que está presente en la atmósfera terrestre (aquí como vapor de agua), así como en los océanos y masas de agua y en todos los organismos vivos. Sin hidrógeno, no sería posible el transporte de sustancias a través del cuerpo.
En la actualidad, el hidrógeno reviste especial importancia para la industria como posible fuente de energía para reducir las emisiones de CO2. El hidrógeno se produce utilizando electricidad procedente de una fuente de energía primaria (preferiblemente renovable).
El hidrógeno es inofensivo para el cuerpo humano. Tampoco hay mucho peligro al aire libre, ya que se volatiliza inmediatamente después de salir de los recipientes de recogida. Sin embargo, en recintos cerrados, el gas se acumula bajo el techo, ya que es más ligero que el aire. El gas es muy inflamable cuando se escapa: la disipación de la carga electrostática de la ropa proporciona energía suficiente.
Los escapes de hidrógeno licuado pueden provocar quemaduras por frío al entrar en contacto con él. Por ello, los contenedores de transporte y los almacenes deben estar bien protegidos. En general, se recomienda una ventilación suficiente del local.
Dado que el gas no tiene efectos directos sobre la salud humana, no se han establecido valores límite.
Sin embargo, existen límites físicos. El intervalo de ignición del hidrógeno en el aire se sitúa entre el 4 y el 76% en volumen. Por encima del 18%, la mezcla es explosiva (gas oxihidrógeno). La temperatura de ignición en el aire es de 560 °C.
Existe riesgo de explosión en concentraciones elevadas. Para evitarlo, las salas en las que se almacene hidrógeno deben estar bien ventiladas y equipadas con un extractor de techo.
El hidrógeno gaseoso es casi inexistente en la Tierra. Está predominantemente presente en forma ligada como agua.
El hidrógeno puede producirse industrialmente mediante diversos métodos (por ejemplo, la electrólisis).
El hidrógeno se mide en el aire-Q mediante un sensor electroquímico. Las moléculas de H₂ se "acoplan" a la superficie del sensor y provocan una corriente medible. El sensor es muy preciso. La desventaja de todos los sensores electroquímicos es la sensibilidad cruzada. La única sensibilidad cruzada conocida del sensor de H₂ es el monóxido de carbono. Si este gas está presente, también se muestra un pequeño aumento de H₂.
Mida el hidrógeno y otros gases y contaminantes del aire interior en tiempo real con el analizador de aire air-Q. El sensor de hidrógeno se puede pedir en la tienda.