El sensor de luz mide la intensidad luminosa detectando el brillo de la luz incidente y convirtiéndolo en una señal digital. Sólo tiene en cuenta el espectro de luz que puede percibir el ojo humano e ignora la radiación infrarroja y ultravioleta.
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La luz permite percibir el entorno con los ojos. Sin embargo, demasiada o muy poca luz distorsiona nuestra impresión sensorial. Esto se aplica tanto a la luz diurna como a la artificial. La intensidad y la longitud de onda de la luz son decisivas para su tolerabilidad.
Diversas normativas estipulan con qué intensidad y en qué longitudes de onda deben brillar las fuentes de luz artificial. Por ejemplo, la iluminación de seguridad de las vías de evacuación debe ser de al menos 1 lux.
A modo de comparación: esto es aproximadamente lo mismo que emite una vela a una distancia de aproximadamente 1 metro. Por otro lado, la iluminación típica de una sala de estar es de unos 100-300 lx, y la de un quirófano moderno, de unos 160.000 lx.
El ojo humano percibe la radiación en la gama de longitudes de onda de aproximadamente 380 - 780 nanómetros (nm). Funciona más fácilmente a la luz del día con longitudes de onda en torno a 555 nm. La gama de luminosidad en la que puede percibir contrastes se sitúa entre 10-4 cd/m2 y104 cd/m².
Estos valores determinan la iluminancia óptima para los puestos de trabajo: Debe ser de al menos 500 lx de media.
En Alemania, las recomendaciones sobre el tipo y la dirección de la luz y la correspondiente protección de los ojos contra la fatiga se aplican a los lugares de trabajo.
En su publicación"Normas técnicas para los lugares de trabajo", el Instituto Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo (BAuA) presenta los siguientes valores mínimos con respecto a la "Iluminación y línea de visión" en mayo de 2023:
Las condiciones de iluminación desfavorables pueden provocar problemas de concentración, dolores de cabeza y oculares, así como percepciones y reacciones incorrectas. Las personas adoptan a menudo una postura desfavorable en entornos mal iluminados para minimizar los déficits visuales. A largo plazo, esto puede provocar tensiones y daños incorrectos y, por tanto, periodos más largos de enfermedad.
Para evitar las consecuencias a corto y largo plazo de una iluminación inadecuada, recomendamos comprobar la intensidad luminosa correcta.
La luz se produce por la conversión de energía química durante procesos de combustión o fusión o durante la descarga de energía eléctrica. Sin embargo, también puede liberarse mediante la conversión de energía eléctrica. Ambos procesos tienen lugar tanto en la naturaleza (fuego, rayos, sol) como en procesos artificiales (bombilla, LED).
El sensor de luz mide la intensidad luminosa detectando el brillo de la luz incidente y convirtiéndolo en una señal digital. Sólo tiene en cuenta el espectro de luz que puede percibir el ojo humano e ignora la radiación infrarroja y ultravioleta.
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