Ozono (O₃): Causas y formación
El ozono (O₃) es un gas incoloro a ligeramente azulado con un olor penetrante, entre picante y parecido al cloro. Se forma cerca de la Tierra por la reacción del oxígeno, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles en la radiación solar intensa. A una altitud de 20 a 30 kilómetros, forma la capa protectora de ozono.
Los contaminantes precursores del gas son causados principalmente por el hombre, por ejemplo, las instalaciones de combustión, el suelo fertilizado en exceso, los disolventes (pinturas, barnices, adhesivos), la combustión de carburantes o los aparatos eléctricos como las impresoras.
¿Por qué aumentan los niveles de ozono en verano?
Los niveles de ozono aumentan en verano. El smog estival es especialmente elevado en los días soleados y sin viento. Por ello, las condiciones meteorológicas del verano, como las altas temperaturas y la fuerte radiación solar, favorecen la formación del gas cerca del suelo. Los niveles de ozono son, por tanto, más altos por la tarde, cuando el sol está más fuerte.
El ozono no se libera directamente. En su lugar, la intensa radiación solar desencadena complejos procesos fotoquímicos en los contaminantes precursores. Se forman óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. Por ello, el ozono se considera más bien un contaminante secundario.
Para caracterizar la contaminación por ozono, se mide el valor de O₃ durante un periodo de ocho horas, se calcula el valor medio y se da como valor comparativo 120 microgramos por metro cúbico (µg/m³). Debido al cambio climático, las temperaturas aumentan en verano, los veranos calurosos son cada vez más frecuentes y, por tanto, los valores medidos superan cada vez más el valor límite recomendado. El valor de alarma de la Agencia Federal de Medio Ambiente (media de 1 hora) es de 240 µg/m³.
¿Cómo se notan los altos niveles de ozono y cuáles son los efectos del gas sobre la salud?
El ozono tiene un efecto tóxico en los seres humanos. Incluso a bajas concentraciones, provoca irritaciones graves de las mucosas y las vías respiratorias. El gas también es comburente y puede formar mezclas inflamables y explosivas. El O₃ se absorbe a través de la respiración y los ojos y puede causar daños duraderos.
Los síntomas de una exposición elevada al ozono son
- Ronquera
- Tos y bronquitis
- Dolor de cabeza y náuseas
- Ojos irritados, con picor y/o llorosos
- Hemorragia nasal
- Falta de concentración, disminución del rendimiento y cansancio
Las concentraciones elevadas de O₃ pueden incluso provocar un edema pulmonar, es decir, la acumulación de agua en los pulmones.
¿Qué ayuda contra los altos niveles de ozono?
Protéjase de la contaminación veraniega por ozono. Nuestros consejos te ayudarán a superar el smog estival más relajado:
- Si es posible, haga deporte y otras actividades físicamente agotadoras por la noche o a primera hora de la mañana. Evite el deporte y los esfuerzos físicos al aire libre.
- Lo mejor es ventilar la casa por la mañana y por la noche. Mantén las ventanas cerradas durante el día, cuando hay mucha luz solar.
- Beba bastante más de lo habitual: lo ideal son las bebidas no azucaradas, como el agua y el té. Sin embargo, evita las bebidas azucaradas y alcohólicas.
- Evite los productos que emitan ozono.
- Mida el contenido de O₃ en sus habitaciones y ventile según sea necesario, es decir, si la concentración supera el valor límite recomendado
Lo mejor es comprobar el aire de la habitación con un dispositivo de medición del aire como el air-Q.