Dado que Francia y Bélgica han aprobado leyes para controlar la calidad del aire interior en determinados espacios públicos, ¿cree que sería útil introducir normativas similares en otros países? ¿Cómo podría el Luft-Q, con su capacidad para mostrar datos sobre la calidad del aire a través de widgets inteligentes en pantallas de gran tamaño, contribuir a mejorar la concienciación pública y la seguridad en estos entornos?
Respuesta: La introducción de normativas para controlar la calidad del aire interior en espacios públicos, similares a las de Francia y Bélgica, sería muy beneficiosa en otros países, ya que podría mejorar significativamente la salud pública al reducir la exposición a contaminantes nocivos, especialmente entre poblaciones vulnerables como niños y ancianos. También podría reducir los costes sanitarios asociados a la contaminación de la calidad del aire. Además, la concienciación sobre la importancia de la calidad del aire interior podría promover mejores prácticas de gestión de los edificios y reducir los costes de mantenimiento a largo plazo. La mejora de la calidad del aire interior también se ha relacionado con una mayor productividad en el lugar de trabajo y en las escuelas, lo que aporta beneficios económicos que van más allá de las mejoras sanitarias. En general, la aplicación de estas normativas se ajustaría a objetivos medioambientales más amplios y crearía entornos interiores más saludables y sostenibles para todos.
Al proporcionar información visual instantánea sobre la calidad del aire, el sensor Air Q permite a las personas ser más conscientes del aire que respiran y de los riesgos potenciales para la salud que supone una mala calidad del aire.
Esta visibilidad anima a las personas a tomar medidas proactivas, como abrir las ventanas, encender los sistemas de ventilación o utilizar purificadores de aire cuando la calidad del aire disminuye. Además, la visualización destacada de estos datos en espacios públicos como escuelas, oficinas, hospitales y centros de transporte fomenta una cultura de transparencia y responsabilidad. Es más probable que las personas se sientan seguras y protegidas en entornos en los que la calidad del aire se controla y gestiona activamente. También sirve como herramienta educativa que sensibiliza sobre los factores que influyen en la calidad del aire y fomenta comportamientos más saludables, como evitar fumar en espacios cerrados o utilizar productos de limpieza respetuosos con el medio ambiente.