Encontrará el siguiente contenido en nuestro artículo:
- Asma alérgica frente a asma no alérgica
- Síntomas de inflamación crónica de las vías respiratorias
- Síntomas del asma alérgica: reconocer y comprender
- Calidad del aire: crucial para el bienestar de los afectados
- Humedad elevada y asma: efectos y medidas
- Asma inducida por alergias: causas, síntomas y tratamiento
- Terapia del asma: aliviar y prevenir
El asma alérgica es una enfermedad crónica, es decir, persistente, especialmente frecuente. La enfermedad suele presentarse en ataques y va acompañada de inflamación de las vías respiratorias. El término es griego y significa opresión.
Aunque las cifras globales de la enfermedad están estancadas, entre 235 (OMS) y 339 millones (The Global Asthma Network) de personas en todo el mundo padecen asma bronquial. El número de muertes al año es de 250.000, lo que convierte a la enfermedad no solo en uno de los mayores retos sanitarios, sino también en una importante fuente de carga económica mundial.
Asma alérgica frente a asma no alérgica
El asma bronquial se define como una inflamación crónica de las vías respiratorias inferiores. Se distingue básicamente entre asma alérgica y no alérgica. En la mayoría de los casos, el aumento de la sensibilidad de los bronquios a determinados estímulos va acompañado de una inflamación crónica de las mucosas de las vías respiratorias.
En el 30% de los casos se trata de asma no alérgica, que afecta sobre todo a personas de mediana edad o mayores. En cambio, el asma extrínseca (también conocida como asma alérgica) es la forma más frecuente, con un 70%, y suele darse en niños y adolescentes. El asma alérgica inicial también puede convertirse con el tiempo en asma mixta.
Como una de las llamadas enfermedades atópicas , la forma alérgica se caracteriza por una tendencia determinada genéticamente a reacciones de hipersensibilidad (hiperreactividad bronquial). Estas reacciones pueden tener desencadenantes alergénicos y no alergénicos.

Síntomas de inflamación crónica de las vías respiratorias
La inflamación crónica de las vías respiratorias inferiores y la reacción de hipersensibilidad provocan una constricción de los bronquios similar a un ataque, que da lugar a los síntomas agudos del asma alérgica:
- Dificultad para respirar
- Dificultad respiratoria aguda
- Ruidos silbantes, especialmente al exhalar
- Opresión en la zona torácica
- Tos o ataques de tos
- Miedo a asfixiarse por falta de aire
Los niños en particular suelen toser, lo que significa que el asma alérgica responsable de ello puede no reconocerse en una fase temprana.
Síntomas del asma alérgica: reconocer y comprender
El asma alérgica es una forma común de asma causada por reacciones alérgicas a ciertos desencadenantes como el polen, los ácaros del polvo doméstico, la caspa de los animales o el moho. Comprender los síntomas del asma alérgica es crucial para poder tomar a tiempo las medidas adecuadas y mejorar la calidad de vida de los afectados.
Los síntomas del asma alérgica suelen ser variables y pueden ir de leves a graves. Los síntomas más comunes son la falta de aire, que puede empeorar durante el esfuerzo físico o por la noche. Los afectados suelen referir una sensación de opresión en el pecho, que se percibe como una opresión incómoda.
Otro síntoma típico es una tos persistente que se produce principalmente por la noche o a primera hora de la mañana. Esta tos puede ser seca o ir acompañada de flemas. Las sibilancias o un silbido al respirar también son signos característicos del asma alérgica, que indican un estrechamiento de las vías respiratorias.
Además de estos síntomas clásicos, también pueden aparecer reacciones alérgicas como estornudos, secreción u obstrucción nasal y picor y lagrimeo de ojos, ya que el asma alérgica suele ir asociada a otras enfermedades alérgicas como la fiebre del heno.
Reconocer estos síntomas a tiempo es importante para iniciar el tratamiento adecuado. Un diagnóstico preciso por parte de un médico, idealmente un alergólogo o neumólogo, es esencial para identificar los factores desencadenantes y crear un plan de tratamiento personalizado.
El tratamiento del asma alérgica suele consistir en evitar los alérgenos conocidos, utilizar medicación inhalatoria para aliviar los síntomas y, si es necesario, inmunoterapia para reducir la sensibilidad a los alérgenos.
Mediante el conocimiento de los síntomas del asma alérgica y la intervención médica oportuna, los afectados pueden controlar mejor sus síntomas y llevar una vida activa y plena.
Calidad del aire: crucial para el bienestar de los afectados
Dado que el asma se desarrolla en las vías respiratorias, la calidad del aire es importante para el bienestar de los asmáticos.
Ya se trate de polen, esporas de moho o excrementos de ácaros, la mayoría de los alérgenos por inhalación se adhieren a las partículas. Esto puede agravar las causas y los efectos en las vías respiratorias y, por tanto, empeorar los síntomas del asma alérgica.
En general, se sospecha que las partículas provocan alergias. Los estudios demuestran que el asma infantil podría prevenirse a menudo reduciendo los valores límite. No sólo las mucosas y las vías respiratorias se irritan con las partículas y suelen provocar ataques. Además de afectar a la función pulmonar e influir en la eficacia de los medicamentos, los estudios experimentales también han demostrado efectos en la formación de los anticuerpos responsables de las alergias: la inmunoglobulina E (IgE).
Otros contaminantes atmosféricos también tienen un efecto negativo en este tipo de enfermedades. Las toxinas de los procesos de combustión en particular, como los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre, son un problema para los asmáticos. Suelen irritar las vías respiratorias y las mucosas e incluso provocar inflamaciones.
Las mucosas también pueden resecarse si la humedad del aire que respiras es demasiado baja, lo que aumenta el riesgo de infección: Esto, a su vez, puede provocar ataques de asma. Por otro lado, un exceso de humedad puede tener graves consecuencias. El aire húmedo y caliente son condiciones perfectas tanto para la formación de moho como para la proliferación de ácaros del polvo doméstico. Las esporas del moho y los excrementos de los ácaros del polvo doméstico actúan como alérgenos y agravan los síntomas del asma alérgica.

Humedad elevada y asma: efectos y medidas
La humedad elevada puede ser un problema importante para las personas asmáticas. El aire húmedo puede irritar las vías respiratorias y empeorar los síntomas del asma, lo que puede provocar un aumento de las crisis asmáticas. Comprender los efectos de la humedad alta en el asma y tomar las medidas adecuadas puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Cuando hay mucha humedad, el aire es más pesado y denso, lo que puede dificultar la respiración. Estas condiciones pueden afectar a la función pulmonar y provocar falta de aire, sibilancias y sensación de opresión en el pecho. El aire húmedo también favorece la proliferación de moho y ácaros del polvo doméstico, que son desencadenantes frecuentes de crisis asmáticas.
Para minimizar los efectos de la humedad elevada sobre el asma, es importante controlar el clima interior. El uso de deshumidificadores puede ayudar a mantener la humedad interior en un nivel óptimo, idealmente entre el 30% y el 50%. La ventilación regular y el uso de sistemas de aire acondicionado con función de deshumidificación también pueden ayudar a reducir la humedad.
Además, los enfermos de asma deben asegurarse de tomar su medicación con regularidad y seguir un plan de acción contra el asma adaptado a sus necesidades individuales. Si los síntomas persisten o empeoran, es aconsejable consultar al médico para ajustar el tratamiento.
Deben evitarse las actividades al aire libre en días de humedad especialmente alta, sobre todo si las temperaturas también son elevadas. Si es inevitable pasar tiempo al aire libre, los afectados deben asegurarse de permanecer en zonas sombreadas y minimizar el esfuerzo físico.
Conociendo los efectos de la humedad elevada sobre el asma y tomando medidas preventivas, los asmáticos pueden controlar mejor sus síntomas y evitar que empeoren.
Asma inducida por alergias: causas, síntomas y tratamiento
El asma inducida por alergias es una forma común de asma desencadenada por reacciones alérgicas a alérgenos ambientales específicos. Esta forma de asma se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a sustancias normalmente inocuas, como el polen, la caspa de los animales, los ácaros del polvo doméstico o las esporas de moho. Esta hipersensibilidad provoca inflamación y constricción de las vías respiratorias, lo que da lugar a los síntomas típicos del asma.
Los síntomas más comunes del asma inducida por alergias incluyen dificultad para respirar, un silbido al respirar (sibilancias), tos y sensación de opresión en el pecho. Estos síntomas pueden empeorar al entrar en contacto con los alérgenos desencadenantes y suelen aparecer estacionalmente, sobre todo cuando hay polen en el aire.
El asma inducida por alergias suele diagnosticarse mediante una prueba de alergia, que ayuda a identificar los desencadenantes específicos. También puede realizarse una prueba de función pulmonar para determinar la gravedad del asma.
El tratamiento del asma inducida por alergias se centra en evitar los alérgenos conocidos y controlar los síntomas. Los corticoesteroides inhalados y los broncodilatadores son medicamentos habituales que ayudan a abrir las vías respiratorias y reducir la inflamación. Además, puede considerarse la inmunoterapia específica (hiposensibilización) para reducir la sensibilidad a determinados alérgenos a largo plazo.
Además de la medicación, es importante tomar medidas preventivas para minimizar el contacto con los alérgenos. Por ejemplo, aspirar con regularidad con un filtro HEPA, utilizar fundas nórdicas a prueba de alérgenos y mantener las ventanas cerradas cuando los niveles de polen sean altos.
Mediante un tratamiento específico y la gestión de los alérgenos, las personas con asma relacionada con alergias pueden controlar eficazmente sus síntomas y llevar una vida activa. Un plan de tratamiento personalizado, creado en colaboración con un alergólogo o neumólogo, es crucial para lograr los mejores resultados posibles.
Terapia del asma: aliviar y prevenir
Para prevenir las crisis asmáticas o al menos aliviar los síntomas del asma, primero debe consultar regularmente a un médico para averiguar a qué alérgenos reacciona su organismo. Además de esta terapia, las siguientes instrucciones sencillas también pueden proporcionar alivio:
- Llevar un diario y, en consulta con el médico tratante, documentar la evolución de la enfermedad y el rendimiento pulmonar utilizando un medidor de flujo máximo.
- Controlar la calidad del aire que se respira(por ejemplo, con el analizador de aire air-Q) para detectar inmediatamente posibles riesgos para la salud e identificar y, en última instancia, evitar picos recurrentes en determinadas concentraciones de contaminantes.
- Además del posible tratamiento farmacológico con aerosoles especiales, aclare con el médico otros métodos de tratamiento y ayudas. Ejemplo: Hipersensibilización o ropa de cama y fundas especiales.
- Limitar el consumo de alimentos ricos en histamina y comprobar los alimentos para ver si provocan reacciones cruzadas con los alérgenos identificados y en qué momento
Aunque el asma alérgica puede causar mucho sufrimiento a los afectados, el diagnóstico no tiene por qué conllevar restricciones masivas en la calidad de vida. Para poder despreocuparse lo máximo posible, es especialmente importante saber qué hay en su plato y en el aire que respira.
(Imagen: Semevent/Pixabay)