¿Por qué es tan importante una humedad adecuada en invierno?
La humedad interior desempeña un papel decisivo para nuestra salud, nuestro bienestar y el tejido del edificio. En invierno hace frío y calentamos las habitaciones. Esto puede significar que ventilamos menos que en otras estaciones, lo que puede acarrear problemas:
- Humedad excesiva: favorece la aparición de moho y ácaros
- Humedad demasiado baja: irrita las mucosas y aumenta la propensión a los resfriados.
La humedad relativa ideal en los espacios vitales y de trabajo se sitúa entre el 40 % y el 60 %. Este es el rango en el que nos sentimos más cómodos y minimiza los riesgos para la salud.
Los peligros del exceso de humedad en los hogares
El exceso de humedad en los hogares puede tener graves consecuencias, sobre todo el riesgo de aparición de moho aumenta en invierno. Esto se debe a que el moho se forma especialmente bien a alta humedad y altas temperaturas. El nivel de humedad a partir del cual empieza a formarse moho depende de varios factores, pero la regla general es que el riesgo aumenta drásticamente con una humedad relativa superior al 70%. El moho es perjudicial para la salud y puede provocar alergias e irritar las vías respiratorias, entre otras cosas. Pero el moho también es perjudicial para el tejido del edificio y puede provocar daños por humedad en paredes, suelos y muebles. A los ácaros del polvo doméstico también les encantan los ambientes húmedos. Pueden agravar las alergias y el asma.
Los riesgos de un aire demasiado seco
Por otro lado, el aire excesivamente seco provocado por el exceso de calefacción en invierno también puede ser problemático. El aire excesivamente seco de la calefacción puede irritar las mucosas, provocar sequedad y picor en la piel y aumentar la propensión a las infecciones. Los dolores de cabeza y el cansancio también pueden ser provocados por el aire seco de la calefacción.
Cómo regular correctamente la humedad de su hogar en invierno
Puedes tomar las siguientes medidas para mantener la humedad en el rango óptimo:
1. ventilación regular
Ventile varias veces al día durante 5-10 minutos, especialmente después de ducharse o cocinar. La ventilación ayuda a eliminar el exceso de humedad y evita la humedad elevada. Las ráfagas cortas de ventilación evitan que las habitaciones se enfríen demasiado. La mejor manera de crear corrientes de aire es abrir completamente varias ventanas y todas las puertas.
2. calentar correctamente
Mantenga todas las habitaciones a una temperatura constante de al menos 16 °C. Evite grandes oscilaciones de temperatura, ya que favorecen la condensación y pueden provocar la aparición de moho con determinados niveles de humedad. La temperatura también debe mantenerse constante en los dormitorios, ya que las superficies frías provocan la condensación de la humedad del aire.
3. medir la humedad
Utiliza un higrómetro o, mejor aún, un medidor de aire inteligente como el air-Q para controlar continuamente la humedad. Así podrá detectar el riesgo de moho en una fase temprana y contrarrestarlo. Los modernos sensores de calidad del aire controlan el aire interior y miden continuamente diversos parámetros del aire, como las partículas, la humedad, el contenido de CO₂ y los COV.
Imagen del air-Q y botón de compra (comprar ahora)
Los datos recogidos en tiempo real se analizan. Esto permite identificar valores críticos y patrones que favorecen el riesgo de moho o de mala calidad del aire. Si se superan los valores límite almacenados para estos parámetros del aire, el dispositivo de medición del aire envía automáticamente avisos, por ejemplo, a través de una app, un mensaje push o en el propio dispositivo mediante la luz de color de los indicadores LED. Esto le indica cuándo ha llegado el momento de sustituir el aire y puede reaccionar antes de que surjan problemas.
4. utilizar un deshumidificador
Si los niveles de humedad son persistentemente altos o las habitaciones son difíciles de ventilar, un deshumidificador puede ayudar a reducir la humedad y controlar la humedad de la habitación con respecto al crecimiento de moho. Combinado con un sistema doméstico inteligente como el air-Q, solo activas el aparato cuando es necesario y ahorras energía.
5. utilizar un humidificador
Si el aire es demasiado seco, sobre todo en el dormitorio, un humidificador puede ayudar. Esto es especialmente importante si sufres los síntomas del aire seco de la calefacción. Las plantas de interior también pueden ayudar.
6. casa inteligente para un clima interior óptimo
La tecnología moderna, como el air-Q, controla la calidad del aire y le avisa a tiempo si la humedad se sale del rango óptimo. Esto le permite actuar de forma proactiva y evitar la aparición de moho o un aire demasiado seco.
Evite errores comunes en la climatización de interiores
Para garantizar un clima interior óptimo, debe evitar los siguientes errores comunes:
- Ventanas permanentemente inclinadas en lugar de ventilación de choque
- Calefacción desigual de las habitaciones
- Secar la ropa en casa sin ventilación suficiente
- Descuido de las mediciones periódicas de la humedad
- Colocar los muebles directamente contra las paredes exteriores, lo que impide la circulación del aire.
- Ignorar la condensación en ventanas o paredes
- Uso excesivo de humidificadores
- Coloque las plantas acuáticas y de hojas grandes en habitaciones húmedas.
- Descuidar el mantenimiento de los sistemas de ventilación o las unidades de aire acondicionado
Si evita estos errores, podrá crear un clima interior sano y equilibrado y prevenir eficazmente tanto la aparición de moho como un aire excesivamente seco.
Cómo garantizar una humedad óptima en su hogar en invierno
Regular la humedad interior es crucial para un clima interior saludable, especialmente en invierno. Mediante una ventilación regular, una calefacción adecuada y el uso de dispositivos de medición como el air-Q, puede mantener la humedad en el rango óptimo en todo momento. Esto no sólo crea un clima interior agradable, sino que también protege su salud, sus muebles y el tejido del edificio de los efectos negativos de un aire excesivamente húmedo o seco.