Muchas personas se reúnen en un aula: y respiran. Se calcula que por cada nariz pasan ocho litros de aire por minuto. Este aire contiene CO₂, dióxido de carbono, que provoca cansancio, dolores de cabeza y problemas de concentración. Esto inhibe de forma natural la capacidad de los alumnos para absorber información. Después de todo, un buen clima interior con un suministro suficiente de aire fresco es esencial para la concentración y el rendimiento.
Para poder memorizar de forma duradera los contenidos de aprendizaje y obtener buenos resultados en los exámenes, los alumnos deben contar con las condiciones adecuadas. La calidad del aire en el aula también es de gran importancia. Una ventilación correcta y suficiente favorece la necesaria capacidad de concentración de forma sencilla: un suministro suficiente de aire fresco minimiza la cantidad de dióxido de carbono en la sala y proporciona más oxígeno. La ventilación regular también reduce la contaminación del aire con agentes patógenos como los aerosoles. Además, la humedad se transporta al exterior y se reduce el riesgo de moho. También elimina los olores y los COV que emiten los muebles.
Los semáforos de CO₂ muestran concentraciones de CO₂ demasiado altas como indicador de ventilación
Incluso pequeñas cantidades de CO₂ provocan déficits de rendimiento. Esto se debe a que el cerebro necesita suficiente oxígeno para poder trabajar a pleno rendimiento. Sin embargo, normalmente sólo se nota un aumento de la carga de CO₂ cuando ya es demasiado tarde. Esto puede ocurrir rápidamente, sobre todo en habitaciones abarrotadas. Por eso, la Agencia Federal de Medio Ambiente recomienda que la concentración de CO₂ en las aulas no supere las 1.000 ppm, es decir, partes de CO₂ por millón. Como esto es bastante abstracto, he aquí un punto de referencia tangible: quien disfruta del aire fresco en el exterior está expuesto a una concentración mínima de CO₂ de 400 ppm.
El semáforo de CO₂ como protección contra las enfermedades
La ventilación no sólo mejora el rendimiento mental, sino que también previene los resfriados causados por virus como el Covid-19. Los aerosoles son los responsables de la propagación del coronavirus: partículas diminutas que se liberan en el aire de la sala al exhalar y pueden extenderse varios metros en suspensión. Si hay una concentración elevada de aerosoles en el aire de la clase, aumenta el riesgo de infección para todos. Puede utilizar un dispositivo de medición del aire para determinar la calidad del aire de la sala y su exposición a contaminantes. Si aumenta la proporción de CO₂ exhalado, cabe suponer que también aumentará la proporción de aerosoles en el aire de la sala. Por tanto, las mediciones pueden utilizarse como ayuda para la prevención de la corona.
Aunque el número de aerosoles y virus en el aire no pueda medirse directamente, el contenido de dióxido de carbono del aire es un buen indicador de cuándo es el momento de ventilar. Esto puede reducir el riesgo de infección en las aulas cerradas. Por tanto, en las aulas es necesaria una buena rutina de ventilación. La Agencia Federal de Medio Ambiente aconseja lo siguiente: ventilar a fondo tres veces por hora, es decir, cada 20 minutos, con las ventanas abiertas de par en par. Esto es aún más eficaz si hay una gran diferencia de temperatura entre el interior y el exterior. Si hace frío fuera en invierno, bastan unos minutos, mientras que en los días más cálidos hay que abrir las ventanas durante más tiempo para conseguir el mismo efecto.
Valores de aire ideales para escuelas y aulas
Los valores de CO₂ inferiores a 500 ppm son ideales. Sin embargo, los valores aumentan rápidamente cuando las aulas están llenas. Por ello, la Agencia Federal de Medio Ambiente recomienda la ventilación a partir de un valor de 1.000 ppm. A partir de 1.500 ppm, y como muy tarde a partir de 2.000 ppm, se requiere urgentemente una ventilación exhaustiva. La siguiente tabla ilustra los respectivos valores límite de concentración de CO₂ y su influencia en la calidad del aire.
Si la concentración de CO₂ en la habitación supera diez veces el límite recomendado, puede provocar náuseas, dificultad para respirar e incluso pérdida del conocimiento.
air-Q Lab: probar el concepto de ventilación de un aula
Queríamos saber con qué rapidez aumenta la concentración de CO₂ en un aula. En nuestra prueba, utilizamos el air-Q para hacer un seguimiento del contenido de dióxido de carbono del aire de la sala en un aula totalmente ocupada con 27 personas en verano. El diagrama sólo muestra la evaluación de las dos primeras horas, ya que así se aprecian los efectos de la ventilación.
Qué muestra el diagrama? La línea amarilla representa el CO₂ medido en el aula. Desde las 8 de la mañana, al comienzo de la primera clase, el valor de CO₂ aumentó lenta pero constantemente. El valor ascendió a 1.600 ppm hasta el primer breve descanso, a las 8.45 horas. A continuación, se ventiló la sala por primera vez, lo que hizo que la concentración descendiera a unas 900 ppm. En la segunda lección, el contenido de CO₂ superó incluso los valores de la primera lección, subiendo hasta 1.900 ppm. Esto se debe principalmente a que la concentración de dióxido de carbono no descendió lo suficiente durante la ventilación anterior. La sala se ventiló de nuevo durante la larga pausa, pero la concentración tampoco descendió lo suficiente en este caso y seguía siendo superior a 1.000 ppm.
El air-Q como semáforo de CO₂
La prueba air-Q demuestra lo importante que es la ventilación en las escuelas. Aunque el aula se ventiló repetidamente, el tiempo de ventilación fue demasiado corto. Como la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior aún no era muy grande en el momento de la prueba, no fue posible que el aire se intercambiara rápidamente.
Para controlar de forma óptima la calidad del aire y el contenido de dióxido de carbono del aire del aula, el analizador de aire air-Q también funciona como semáforo de CO₂. Las pantallas LED en los colores azul, naranja y rojo advierten de un exceso de CO₂ en el aula y, por tanto, también de un aumento de los aerosoles. Gracias a la visualización de luces de colores, tanto el personal docente como los alumnos pueden ver fácilmente si se han alcanzado los valores límite y, por tanto, un posible aumento del riesgo de infección por corona y tomar contramedidas.
Hemos desarrollado el air-Q Light especialmente para las necesidades de escuelas y oficinas. Con su ayuda, es muy fácil comprobar la eficacia de la ventilación y cómo se puede adaptar o ampliar el concepto de ventilación.
Medición del ruido en las aulas
Las aulas no sólo se llenan rápidamente, sino que también son ruidosas. Sin embargo, los altos picos de sonido y el ruido constante ponen a prueba la audición. Un nivel de ruido elevado interrumpe las clases, merma la capacidad de asimilar la información y tiene un efecto estresante en el organismo. Pero no sólo disminuyen el rendimiento y el bienestar. El ruido también provoca efectos físicos. Por ejemplo, si las células ciliadas del oído interno resultan dañadas permanentemente por los ruidos fuertes en el aula, se restringe la percepción acústica. Además, estas células ciliadas no pueden volver a crecer. Por tanto, los daños relacionados con el ruido son irreparables y pueden provocar zumbidos temporales o incluso crónicos en los oídos (acúfenos) y pérdida de audición.
El air-Q Light está equipado con un sensor especial que permite controlar tanto el volumen como el aire de la habitación. Esto significa que también puede utilizarse como medidor de ruido y medir los decibelios de la habitación. También en este caso, un sistema de semáforos fácil de entender indica cuándo se alcanza el valor límite. Si la clase está en silencio, lo indican los LED verdes. Si el ruido aumenta, esto se refleja en la luz naranja - una especie de advertencia a la clase. Por otro lado, las luces rojas y una señal acústica de advertencia dejan claro que el nivel de ruido debe reducirse drásticamente. Incluso los niños más pequeños entienden esta escala de colores.
El air-Q no sólo proporciona una protección sanitaria preventiva integral, sino que también garantiza un mayor rendimiento, tanto para estudiantes como para profesores.
(Foto de portada: Shutterstock / Syda Productions)