Europa tiene ahora una oportunidad única de fijar una agenda ambiciosa para atajar las causas sistémicas de la polución y la contaminación atmosférica", declaró Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la Agencia de Medio Ambiente.
Las partículas, el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico, en particular, son responsables de esta contaminación atmosférica en Europa. Según el estudio, las partículas (PM2,5) causaron más de 410.000 muertes prematuras en 41 países europeos en 2016, mientras que los óxidos de nitrógeno fueron responsables de 71.000 muertes y la contaminación por ozono de 15.100. A pesar de lo alarmante de las cifras: Hay bastantes menos muertes prematuras que unos años antes.
"Estamos avanzando, pero es hora de acelerar los cambios en nuestros sistemas energético, alimentario y de movilidad para encaminarnos hacia la sostenibilidad y un medio ambiente sano", declaró Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Sin embargo, las consecuencias negativas de la contaminación atmosférica también tienen un impacto económico: La mala calidad del aire provoca pérdidas económicas debido al aumento de los costes sanitarios, la disminución de los rendimientos de la agricultura y la silvicultura y la reducción de la productividad laboral. En general, son la contaminación atmosférica y acústica, así como las temperaturas extremas, las que tienen un impacto especialmente negativo en la vida de los habitantes de las ciudades que viven en Europa.
Las pequeñas instalaciones de combustión causan la mayor cantidad de partículas
La principal fuente de partículas primarias en los 28 Estados miembros de la UE es el funcionamiento de pequeñas instalaciones de combustión en empresas y hogares. La calefacción con leña es percibida por la gente como especialmente acogedora y respetuosa con el clima porque produce emisiones de CO₂ comparativamente bajas. Sin embargo, las estufas de leña anticuadas, la falta de filtros de polvo fino y el funcionamiento incorrecto provocan una contaminación considerable por polvo fino, que supera con creces la contaminación por polvo fino causada por el tráfico tanto en Alemania como en toda la UE.
El resultado es que el 44% de las personas que viven en ciudades y suburbios europeos están expuestas a concentraciones de partículas (PM10) que superan la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una media anual de 20 microgramos por metro cúbico. Para las partículas aún más finas y peligrosas, la OMS establece un valor límite de 10 microgramos por metro cúbico: el 77% de la población respira un aire que no cumple este requisito y es perjudicial para la salud.
Desde el punto de vista de la epidemióloga medioambiental Barbara Hoffmann, de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, es una buena noticia que los efectos generales sobre la salud de la contaminación atmosférica por partículas hayan disminuido ligeramente: "Por desgracia, esta disminución es muy lenta", declaró al Frankfurter Allgemeine Zeitung, "y en algunas regiones de Europa, sobre todo en el este y el sur, sigue habiendo una exposición considerable a las partículas."
La carga en el norte de Europa, por ejemplo en Islandia o Finlandia, es significativamente menor que en Europa del Este, el norte de Italia o Turquía. Alemania se encuentra en el tercio inferior y, por tanto, tiene una carga menor que la mayoría de los países de la UE.
Contaminación atmosférica: tráfico, centrales eléctricas, industria, agricultura
Otras fuentes de emisiones contaminantes son el tráfico rodado, las centrales eléctricas, la industria y la agricultura. El transporte es especialmente responsable del aumento de los niveles de óxido de nitrógeno, tanto en Alemania como en Europa. Su cuota en el total de emisiones de óxidos de nitrógeno es algo inferior al 40%.
El diario británico The Guardian informó a principios de año de otro problema: el contenido de amoníaco en el aire también está aumentando, provocado por la agricultura. Lo especialmente problemático es que el amoníaco puede combinarse con otros contaminantes del aire y dañar la salud humana. Sólo en el Reino Unido, según The Guardian, podrían evitarse 3.000 muertes al año si se redujeran a la mitad las emisiones de amoníaco de las granjas.
En definitiva, las fuentes descritas están estrechamente vinculadas a la producción y el consumo en Europa y son también importantes motores de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la pérdida de biodiversidad.
Las cifras de la AEMA son de 2016, faltan las partículas ultrafinas
El estudio de la Agencia Europea de la Energía demuestra que todos los esfuerzos por mejorar la calidad del aire en Europa y reducir así la contaminación atmosférica merecen la pena. El hecho de que la calidad del aire en algunos países evolucione al menos algo positivamente es una buena tendencia, aunque pequeña. Sin embargo, las cifras de la AEMA procedentes de las 4.000 estaciones de control de toda Europa son de 2016, lo que significa que ya tienen tres años.
Es más, el estudio no arroja luz sobre las partículas especialmente peligrosas conocidas como partículas ultrafinas. En Alemania, las partículas PM1 no se miden de forma generalizada; la OMS, la UE o la Agencia Federal de Medio Ambiente ni siquiera tienen valores límite para las partículas ultrafinas, aún más pequeñas, porque todavía hay muy pocos estudios sobre ellas. Los especialistas advierten contra estas partículas en particular porque pueden penetrar mucho más profundamente en el sistema cardiovascular que las partículas finas de polvo más grandes.
El "Pacto Verde" europeo, ¿una forma de reducir la contaminación atmosférica?
La futura Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quiere abordar las cuestiones de la neutralidad climática y la contaminación atmosférica con un Pacto Verde Europeo. Para ello, quiere poner en marcha una estrategia transversal para proteger la salud de los ciudadanos de la contaminación ambiental y mejorar la calidad del aire y del agua, entre otras cosas. A la vista del informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre la calidad del aire en Europa, se trata de un plan sensato. A pesar de los escasos avances, existe una enorme presión sobre los políticos para que actúen.
Puede descargar gratuitamente el Informe sobre la calidad del aire en Europa aquí.
(Fuente de la imagen: Johannes Plenio, Pixabay)