1. vínculos entre contaminación atmosférica y salud mental: influencia de los contaminantes atmosféricos en el cerebro
Estudios realizados, por ejemplo, por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard o la Universidad de Chicago, relacionan la exposición prolongada a la contaminación atmosférica con una mayor probabilidad de padecer enfermedades mentales y problemas de salud. En concreto, se citan las partículas ( PM₂,₅) y el dióxido de nitrógeno (NO₂ ) como los contaminantes atmosféricos responsables, que pueden aumentar la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño. Más adelante profundizaremos en los resultados de los estudios.
Calidad del aire y sus efectos en las enfermedades mentales
Hay pruebas de que la contaminación atmosférica puede causar inflamación neurológica y reacciones de estrés oxidativo en el cerebro, lo que a su vez se asocia a un mayor riesgo de enfermedad mental. Por ello, los investigadores suponen que los contaminantes atmosféricos también podrían aumentar el riesgo de demencia y otras enfermedades neurodegenerativas.
Aumento de la depresión y la ansiedad debido a la mala calidad del aire
Los contaminantes presentes en el aire interior pueden perjudicar el sueño. Un sueño deficiente impide la regulación de diversos procesos neurobiológicos: por ejemplo, la consolidación del contenido de la memoria, la desintoxicación del cerebro de productos metabólicos nocivos o la estabilidad emocional y la capacidad de recuperación. Existe el riesgo de una mayor liberación de hormonas del estrés, como el cortisol, que pueden desencadenar una mayor irritabilidad, inestabilidad emocional y una menor capacidad para regular las emociones, así como un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Los síntomas físicos de la depresión pueden incluir tristeza persistente, desesperanza, irritabilidad, trastornos del sueño y problemas de concentración, o incluso culminar en suicidio.
Ejemplos de estudios sobre la relación entre los contaminantes atmosféricos y la salud mental
Según un estudio de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, existe una relación entre los niveles más altos de partículas en suspensión y un mayor riesgo de depresión y suicidio. Los investigadores descubrieron un riesgo de depresión entre un 6% y un 15% mayor en las personas que viven en zonas con niveles más altos de contaminación atmosférica en comparación con las que viven en zonas menos contaminadas.
En su estudio, investigadores de la Universidad de Chicago también asociaron una causalidad entre el aumento de la contaminación atmosférica, sobre todo debido al incremento de los niveles de partículas, y un mayor riesgo de trastorno bipolar y depresión.
En un metaanálisis a gran escala, se examinaron 25 estudios de distintos países. El resultado: una mayor exposición a la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de trastornos de ansiedad. Los datos mostraron que los efectos de la contaminación atmosférica en la salud mental eran coherentes en los distintos grupos de población y regiones.
2. contaminantes atmosféricos específicos y sus efectos
Partículas en suspensión
El polvo fino, también conocido como materia particulada o PM, consiste en pequeñas partículas de diferentes tamaños y orígenes suspendidas en el aire. Estas partículas pueden ser sólidas o líquidas. En función de su tamaño, las partículas se dividen en diferentes categorías. El subíndice describe el diámetro de la partícula. Las PM₁₀ tienen un tamaño de partícula igual o inferior a 10 micrómetros. Estas partículas son lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas, pero también pueden incluir partículas más grandes que pueden filtrarse a través de la nariz o la boca. Las partículas con un tamaño de 2,5 son especialmente preocupantes, ya que pueden penetrar profundamente en las vías respiratorias e incluso entrar en el torrente sanguíneo.
Origen y distribución
Las partículas proceden de diversas fuentes: tanto de origen natural como antropogénico (humano). El polvo se produce por:
- Procesos de combustión: como carbón, petróleo, gasóleo y otros combustibles fósiles en centrales eléctricas, plantas industriales, sistemas de calefacción y vehículos.
- Emisiones industriales: Procesos industriales, especialmente en sectores como la transformación de metales, la minería, la construcción y los productos químicos.
- Emisiones del tráfico: Gases de escape de vehículos, abrasión de neumáticos y frenos
- Obras de construcción
- actividades agrícolas: arado, cosecha y otras prácticas agrícolas, fertilizantes, pesticidas
- fuentes naturales: Incendios forestales, erupciones volcánicas, tormentas de polvo.
Efectos sobre la salud del cerebro
- Neuroinflamación: Las partículas pueden provocar inflamación en el cerebro. Los estudios sugieren que la inhalación de PM₂,₅ puede provocar la activación del sistema inmunitario en el cerebro, lo que contribuye a la neuroinflamación crónica. Esta, a su vez, está asociada a diversas enfermedades neurológicas.
- Estrés oxidativo: Las partículas pueden causar estrés oxidativo en el cerebro al favorecer la formación de especies reactivas del oxígeno. El estrés oxidativo puede dañar las células y está asociado a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
- Trastornos circulatorios: La exposición a partículas puede alterar el funcionamiento de los vasos sanguíneos y provocar trastornos circulatorios en el cerebro. Esto podría aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades vasculares.
- Deterioro de la función cognitiva: Los estudios han demostrado que las altas concentraciones de partículas pueden estar asociadas con el deterioro cognitivo y un declive acelerado de la función cognitiva. Esto afecta especialmente a las personas mayores.
- Mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas: Cada vez hay más pruebas de que los niveles elevados de partículas a largo plazo pueden aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
- Desarrollo de enfermedades psiquiátricas: Algunos estudios sugieren que las partículas también pueden estar asociadas a un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad.
Óxidos de nitrógeno
Los óxidos de nitrógeno (NOx) son un grupo de compuestos gaseosos que contienen nitrógeno y oxígeno. Los dos tipos principales de óxidos de nitrógeno son el monóxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO₂).
Fuentes y distribución
Estos compuestos suelen producirse durante los procesos de combustión, principalmente en motores de vehículos y plantas industriales, centrales eléctricas y sistemas de calefacción que queman combustibles fósiles como gasolina, gasóleo, carbón o gas natural. En la agricultura, los fertilizantes nitrogenados y determinadas prácticas agrícolas contribuyen a las emisiones de óxidos de nitrógeno. Los procesos naturales, como las descargas de rayos, también pueden liberar óxido de nitrógeno a la atmósfera.
Los óxidos de nitrógeno pueden sufrir reacciones químicas en la atmósfera y transformarse en diversos compuestos, incluidas partículas, que pueden contribuir a la formación de materia particulada. Los óxidos de nitrógeno también intervienen en la formación de ozono troposférico, un contaminante atmosférico que también puede tener efectos sobre la salud.
Relación con la enfermedad mental
Algunos problemas de salud mental que pueden asociarse a niveles elevados de óxido nítrico son:
- Depresión y ansiedad: Algunos estudios sugieren que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica, incluidos los óxidos de nitrógeno, puede estar asociada a un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Sin embargo, los mecanismos exactos por los que la contaminación atmosférica podría afectar a los problemas de salud mental son complejos y pueden incluir la neuroinflamación, el estrés oxidativo y otros factores.
- Trastornos del sueño: Los óxidos de nitrógeno pueden alterar el sueño. Los trastornos del sueño, a su vez, pueden asociarse a diversos problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
- Deterioro cognitivo: Existen pruebas de que las concentraciones elevadas de óxidos de nitrógeno pueden estar asociadas a un deterioro cognitivo y a un declive más rápido de la función cognitiva. Esto podría tener implicaciones para la salud mental, especialmente en las personas mayores.
3. medidas preventivas y soluciones
Puede mejorar la calidad del aire interior tomando diversas medidas para evitar consecuencias para su salud física y mental. Un aire interior sano puede ayudar a mantener una mente sana y el bienestar físico. Recomendamos las siguientes medidas preventivas y soluciones para combatir la contaminación del aire en el hogar:
- Ventilación: La ventilación regular es crucial para que entre aire fresco en casa y se reduzcan los contaminantes. Abra ventanas y puertas, sobre todo si está cocinando, hay mucha gente en la habitación, está limpiando o utiliza productos de limpieza.
- Purificadores de aire: El uso de purificadores de aire puede ayudar a filtrar los contaminantes del aire. Asegúrese de que el purificador de aire está diseñado para los contaminantes específicos que desea reducir.
- Utilice productos de limpieza respetuosos con el medio ambiente: Muchos productos de limpieza convencionales contienen compuestos orgánicos volátiles (COV), que pueden afectar a la calidad del aire. En su lugar, utiliza productos de limpieza respetuosos con el medio ambiente o soluciones de limpieza caseras (por ejemplo, agua con vinagre).
- Menos fragancias: Las fragancias de las velas, los ambientadores y los productos de limpieza también pueden liberar COV. Por eso, utiliza productos con fragancias naturales o evítalas por completo.
- Controlar la humedad: Una humedad adecuada (idealmente entre el 30% y el 50%) puede reducir la aparición de moho. Utiliza deshumidificadores cuando sea necesario y repara las goteras para eliminar los problemas de humedad.
- Materiales de construcción respetuosos con el medio ambiente: al renovar o construir nuevas viviendas, hay que dar preferencia a los materiales de construcción respetuosos con el medio ambiente para minimizar la liberación de sustancias nocivas procedentes de muebles, pinturas y revestimientos de suelos.
- Limpieza regular: Aspirar y fregar con regularidad ayuda a eliminar los contaminantes y alérgenos. Utilice una aspiradora con filtro HEPA.
- Plantas: Las plantas de interior pueden ayudar a mejorar la calidad del aire filtrando ciertos contaminantes. Entre las plantas purificadoras del aire más populares están el lirio verde, el cáñamo y la hiedra.
Para poder evaluar con precisión la calidad del aire, es aconsejable comprobarla constantemente. Con un dispositivo de medición del aire como el air-Q, puede detectar la contaminación atmosférica y reaccionar ante ella.
Es importante señalar que la investigación sobre este tema sigue en curso y que la contaminación atmosférica es sólo uno de los muchos factores que pueden influir en la salud mental. Otros factores son la predisposición genética, la estructura social, el estilo de vida, los traumas y la resiliencia individual. No obstante, las pruebas disponibles sugieren que la contaminación atmosférica y los problemas de salud mental pueden estar relacionados. Por lo tanto, reducir la contaminación atmosférica podría ser una buena base para reducir el riesgo de problemas de salud mental.
Pero tenga en cuenta que nuestras medidas recomendadas son sugerencias preventivas. Busque ayuda médica si ya tiene problemas de salud mental.